A mí lo que me gusta de los críticos literarios es que se pasan todo el día leyendo libros. Es mi aspiración en la vida, pero me tengo que conformar con un blog que no lee nadie. En realidad, es mi manera de autodisciplinarme para leer más. No quisiera, de todas formas, que fuese mi trabajo. Porque eso implicaría que te paguen por ello, y si te pagan dependes, y si dependes no eres libre. Lo mejor sería que me tocase el euromillón y dedicarme a estos menesteres, alegremente. ¿A qué te dedicas? A leer libros.
Así que he querido leer sobre la crítica literaria. ¿Cómo es la vida de un crítico literario? Esto me interesa tanto como la vida de un crítico de cine, o de un tío que tenga un programa de música, o un crítico gastronómico. Gente que se dedica durante todo el día a hacer cosas chulísimas. No tengo, sin embargo, ningún crítico de referencia, ningún prescriptor del que fiarme siempre. Y me encantaría, me encantaría que hubiese por ahí un blog o un suplemento en el que escriba alguien y recomiende libros, libros que yo no dudaría en comprar porque me fiaría muchísimo del criterio de esa persona. Llegará, espero, ¿no?.
Un reputado crítico internacional era Marcel Reich-Ranicki. Crítico alemán de origen polaco que por lo que se ve tuvo mucha fama en Alemania, donde contó con un programa de televisión de popularidad. No me hago a la idea de cómo sería el programa, supongo que se puede encontrar en youtube, pero no hablo alemán. No se tampoco qué recomendaba o qué dejaba de recomendar, pero me interesa la vida de este hombre. De este y otros que se dedican a lo mismo.
Este librito, que edita Elba, es en realidad un prólogo que escribió Reich-Ranicki para otro libro suyo en el que repasaba algunas de sus críticas negativas. Y en realidad es medio libro, porque el otro medio es un breve ensayo del crítico español Ignacio Echevarría (lo ponen como epílogo y es la mitad más o menos de las páginas). Reich-Ranicki hace un repaso a la función de la crítica, a sus orígenes en un contexto en el que la burguesía quería defender un modelo de vida social, en el que las expresiones culturales eran símbolo de su vida de clase. Dice que en otros países la crítica está más aceptada, pero que en Alemania todos se echan las manos a la cabeza por el escaso desarrollo de la burguesía en su momento. En realidad, no lo veo tan así, no creo que exista un país donde se acepte la crítica. Reich-Ranicki no cree en la distinción entre crítica constructiva y destructiva, piensa que la constructiva es una especie de intento benevolente que no vale para nada, y que aunque la crítica con ensañamiento no tiene sentido, si a uno no le gusta una obra, debe decirlo y punto, sin tonterías, no se siente responsable de ayudar a mejorar al autor, o en todo caso el autor debe mejorar simplemente por haber recibido la crítica negativa. En este sentido, Echevarría completa la tesis indicando que la literatura influye en nuestras vidas, al ser material de lectura influye en nuestro pensamiento y por tanto en nuestra manera de entender la vida, por eso es importante difundir las buenas obras e intentar influir en que las peores no tengan recorrido. Ambos no creen lo del «sobre gustos no hay nada escrito», no creen que no se deba criticar porque a cualquiera le pueda gustar cualquier mierda. Y si a uno no le gusta lo que dice el crítico, entonces que no lo lea.
Dice Reich-Ranicki que también es curioso que el crítico a veces recibe crítica a sus obras y se enfada, pero que debe también vivir con ello. Esto es, que comprende que el que recibe una crítica negativa se disguste, porque lo ha vivido, pero le da igual.
El librito no es para cualquiera, la verdad es que es algo muy específico sobre una materia un poco para enfermos pues ¿quién se dedica a leer sobre crítica literaria y su función? Es igual. Para mí, como para muchos otros, la literatura es vida, está claro que nos influye en la vida, y en nuestro pensamiento, por ello hay que defenderla a muerte. No es un goce en abstracto, es creación en un contexto, nos hace pensar, reflexionar, conocer, vivir. Y por lo tanto, cada cuál con su estilo, pero sí, la crítica negativa es importante. No sirve eso de «mejor no hablar de lo malo y centrarse en lo bueno». No, hay que decir lo que es malo, hay que decir por qué no funcionan las cosas. Sin ser dañino, sin ser nocivo, lo que queramos. La literatura es material vital de primera necesidad.
Y
Guindillas Mutantes 